Cada 17 de mayo se conmemora en el mundo el Día Mundial del Reciclaje, lo que significa un repaso a las acciones que gobiernos y personas realizan para alcanzar un nivel de sostenibilidad que no comprometa aún más los recursos naturales del planeta.
En Colombia, desde 1993 las leyes sobre el reciclaje han ganado peso en forma de contribuciones al cambio climático global. Sin embargo, del paso de la política a las acciones directas todavía hay un trecho que debe ser recorrido. Así, el Decreto 596 del 11 de abril de 2016 es el encargado de hacer realidad la modernización del sistema de reciclaje nacional.
En letra menuda, lo que el texto indica es que el aprovechamiento del material reciclable será parte complementaria del servicio público de aseo en el país. Esto es un paso contundente para legalizar los procesos de recolección, en manos de pequeñas cooperativas o personas naturales sin criterios de formalización.
Lo anterior significa que, en una gran mayoría de casos, cuando la recolección en la fuente ocurre pueden surgir inconvenientes relacionados con el tratamiento de los residuos. Es una escena frecuente que los recolectores informales pasen por los contenedores de reciclaje y, al no encontrarlos separados, comiencen a hacerlo en la calle causando todo tipo de inconvenientes. Esto es un golpe ambiental porque es responsabilidad de los ciudadanos hacer la correcta separación en la fuente, para ahorrar tiempo y esfuerzo a los recicladores, que deben transportar los residuos a los centros de acopio.
Lo anterior significa que, en una gran mayoría de casos, cuando la recolección en la fuente ocurre pueden surgir inconvenientes relacionados con el tratamiento de los residuos. Es una escena frecuente que los recolectores informales pasen por los contenedores de reciclaje y, al no encontrarlos separados, comiencen a hacerlo en la calle causando todo tipo de inconvenientes. Esto es un golpe ambiental porque es responsabilidad de los ciudadanos hacer la correcta separación en la fuente, para ahorrar tiempo y esfuerzo a los recicladores, que deben transportar los residuos a los centros de acopio.
De ahí que la normativa tenga un paso más por dar en cuanto a la masificación de puntos ecológicos en Bogotá, tal y como lo demanda el Proyecto de Acuerdo 205 de 2010 del Concejo de la ciudad que desea “incentivar, motivar, sensibilizar y actuar responsablemente para separar los residuos sólidos desde la fuente” En el texto del proyecto, uno de los más completos a nivel de legislación en el país, se pretende vincular a centros comerciales, almacenes de cadena, grandes superficies, entre otros, para que dispongan al interior de sus instalaciones dichos puntos así como para que establezcan acciones puntuales para la recolección de residuos sólidos ordinarios.
Entre otros valores del acuerdo, se encuentran definiciones ponderadas sobre el significado del término “Basura” o del de “Reciclaje” así como la cantidad exacta, y la señalética, de los contenedores de basura en Bogotá. Es mandatorio para todas las administraciones y es el aporte más grande que la capital ha hecho para la conciencia ambiental y sostenible del país.
Aunque haya muchos pasos por dar, el Día Mundial del Reciclaje es una oportunidad muy importante para repasar la hoja de ruta de las administraciones y los ciudadanos en pos de disminuir la huella de carbono. La responsabilidad ambiental es ahora un compromiso insoslayable de todos.
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